APOCALYPSE NOW 1979 Francis Ford Coppola


 

  Diario del Capitán Willard, Saigón 1969:

''Saigón, mierda, aún sigo solo en Saigón. A todas horas creo que voy a despertar de nuevo en la jungla. Cuando estuve en casa durante mi primer permiso era peor, me despertaba y no había nada, apenas hablé con mi mujer, salvo para decirle ‘sí’ a su petición de divorcio. Cuando estaba aquí quería estar allí, cuando estaba allí no pensaba más que en volver a la jungla. Llevo aquí una semana, esperando una misión, desmoralizado...Cada minuto que paso en este cuarto me hace ser más débil, y cada minuto que pasa, Charlie, como llamamos al Vietcong, se agazapa en la selva, se hace más fuerte. Cada vez que miro mi alrededor las paredes se estrechan más...''


...Todos consiguen lo que quieran. Yo quería una misión. Y por mis pecados me dieron una. Me la sirvieron en bandeja. Me enviaban al peor sitio del mundo y aún no lo sabía. A varias semanas de distancia remontando un río que serpenteaba por la guerra como el cable de un circuito conectado directamente a Kurtz. No fue accidental que yo me convirtiera en el guardián de la memoria del Coronel Walter E. Kurtz. Como tampoco lo fue que yo volviera a Saigón. No hay forma humana de contar su historia sin contar la mía. Y si su historia es realmente una confesión. La mía también lo es...
 
¿A cuantos hombres había matado yo? Había seis de los que estaba seguro. Los tuve tan cerca que pude sentir su aliento en mi cara. Pero esta vez se trataba de un Americano. Y de un oficial. Se suponía que para mi no había diferencia. Pero la había. ¡Mierda! Acusar a un hombre de asesinato en este lugar era como poner multas por exceso de velocidad en la carrera de Indianapolis. Acepté la misión. ¿Qué otra cosa podía hacer? Pero no estaba seguro de lo que haría cuando lo encontrara...

Nos adentramos en la desquiciante jungla y embriagados por la furia cual perro que ha hincado los dientes en una pierna de ciervo ya muerto y que tira del animal caído hasta el extremo de que el cazador abandona todo intento de calmarlo remontamos el río Nung rumbo a Camboya. Como si se tratara de una Valkiria hacia tierras tenebrosas e inquietantes nuestra ligera Patrol Boat River armada con tres montajes de ametralladoras y con la presencia de algún M79 de 40 mm serpenteaba de fenómenos por el cauce fluvial de aquellas tierras llenas de horror. Aquella naturaleza que aniquilaba a los quejumbrosos y a los fuertes con la misma intensidad y magnificencia. Ya casi podíamos divisar el poblado del Coronel entre los cantos de los pájaros, mejor dicho los gritos de los pájaros, porque en este paisaje abandonado e inacabado los pájaros no cantan sino que gritan de dolor, y los árboles enmarañados se pelean entre sí con sus garras gigantes de horizonte a horizonte entre las brumas de una creación que no llegó a completarse, y nosotros como la stanza de un poema en una lengua desconocida que no entendemos ¿Por que estamos allí?

A primera vista pensé que se habían equivocado de dossier. No podía creer que quisieran ver muerto a este hombre. Tercera generación de West Point. Primero de su clase. Korea, fuerza aérea. Casi mil condecoraciones. Etcétera, etcétera..Oí su voz en la grabación, y la verdad es que me cautivó. Pero no relacionaba aquella voz con este hombre. Según decían tenía un historial impresionante. Quizás demasiado. Tal vez demasiado impresionante. Yo diría, perfecto...


Estaba preparado para los cargos más importantes del ejército. General, Jefe del Estado Mayor. Cualquier cosa. En 1964 regresó de una misión como asesor en Vietnam, y las cosas empezaron a torcerse. Su informe al Estado Mayor y al presidente Johnson fue censurado. Por lo visto se les indigestó lo que en el decía. Durante los meses siguientes hizo tres solicitudes para que lo trasladaran a la escuela de paracaidistas de Fort Benning, Georgia. Y por fin se la aceptaron. Paracaidista ¡Tenía 38 años! ¿Por qué coño haría eso?...

...En 1964 se incorporó a las fuerzas especiales. Y regresó a Vietnam. Pero la orden era que nos esperaran unos 30 kilómetros más adelante. Bueno, ellos son así. Los chicos no podían estarse quietos...



Nos detuvimos a pasar la noche obligados por el capricho de la guerra. Una refriega entre nuestras tropas y las guerrillas del Vietcong me hicieron recordar el momento en el que días atrás a los helicópteros del Noveno batallón de la Primera División de Caballería (Aerotransportada). Necesitábamos que nos remontaran varios kilómetros río arriba nuestra lancha. Y al mismo tiempo precisábamos ser escoltados en uno de los territorios dominados por Charlie. Bombardearon aquel poblado vietnamita, todo ello ambientado con la música de Wagner. Aquella sublime pieza musical junto a los sonidos de las bombas y las ametralladoras creaban una atmósfera tan desquiciante como terriblemente bella. La «Cabalgata de las valquirias», tal cual hacían los audiovisuales de la Luftwaffe, para instrucción de los cadetes. Aquel día se grabó para siempre dentro de mi alma y con él la fuerza y magnificencia del Coronel Kilgore (Robert Duvall). Aquel hombre que respiraba el olor a Napalm con orgullo, y que poseía una fuerza sobrenatural. Un líder de ley. Un señor de la guerra que conocía y respetaba los códigos entre enemigos. Aquella manera que tenía de interpretar la lectura de la batalla era genuina, brillante. Y nunca podré olvidar aquel ser humano. El Coronel Kilgore. En medio de todo aquel caos permanecía casi al margen. Como si tuviera la la cualidad innata de ser impermeable a todo aquel horror. Capaz de controlar hasta el más mínimo detalle, podía ser el más cruel o mostrarse el más magnánimo de todo los oficiales.
...La primera del Novena era una División de Caballería que había cambiado sus caballos por helicópteros y había sembrado el terror en Vietnam. Siempre en busca de líos. A ''Charlie'' en Vietnam, ya le habían dado unas cuantas sorpresas. Ahora recogían lo que habían sembrado hacía escasamente una hora...

 Kilgore - ¡Teniente! Bombardee esa linea de árboles 100 metros más. Quiero aire para respirar. 
Kilgore - ¡Las cartas de la muerte! ¡Quiero mis cartas de la muerte!
Willard - Capitán Willard señor. Tengo órdenes prioritarias del mando de inteligencia. Segundo cuerpo. Creo que Nah Trang ya le habrá informado de las exigencias de mi misión.
Kilgore - ¿Qué misión? No tengo noticias de Nah trang. 
Willard - Señor se supone que debe escoltarnos 
Kilgore - Ya veremos si se puede. Y ahora quítese de en medio hasta que acabe este circo
Lance - Eh Capitán ¿Qué es eso?
Willard - Las cartas de la muerte
Lance - ¿Qué?
 Willard - Las cartas de la muerte. Para que Charlie sepa quién lo ha hecho.
Kilgore - ¡¡Eh!! ¿Qué pasa aquí?
Soldado - Este hombre está mal herido, señor. Si no fuera por esa tapadera se le saldrían las tripas
Kilgore - Ya...¿Qué está diciendo?
Soldado - Dice que es un cerdo del Vietcong. Quiere agua ¡Que beba del arrozal!
Kilgore - ¡Fuera de aquí! ¡Vamos dame la cantimplora! Un hombre con valor para...¡Fuera de aquí! A un hombre que tiene huevos para luchar con las tripas fuera ¡No puedo negarle un trago de agua!
Soldado - Coronel. Creo que uno de esos marinero es Lance Johnson. El surfista.
Kilgore - ¿Seguro? ¡¿Dónde está?! 
Kilgore - ¿Cómo se llama Marinero?
Lance - ¡Artillero de tercera Lance Johnson señor!
Kilgore -  Lance Johnson ¿El surfista?
Lance - ¡Si señor!
Kilgore - Es un honor conocerte Lance. He admirado tu surfing durante años. Me encantan tus maniobras. Eres el mejor que existe.
Lance - Gracias señor
Kilgore - Apea el tratamiento, basta con Bill Kilgore. También practico el surf


Kilgore lo pasó bien aquel día. Lo helicópteros trajeron filetes y cerveza e hicieron una fiesta playera. Cuanto más querían sentirse en su casa. Más la echaban de menos...
Supongo que no era un mal Oficial. Quería que sus hombres se sintieran bien seguros con él. Era uno se esos tipos con un aura especial. De esos que te sentías como si volvieras sin un sólo rasguño...

Kilgore - ¿Qué hay de su misión Capitán? ¿Nha trang se ha olvidado de usted? Ja, ja, ja, ja
Willard - Señor, hay dos puntos para adentrarse en el río. Aquí y aquí. Aunque el Delta es muy ancho. Son los únicos que ofrecen seguridad.
Kilgore -  Pues esa aldea es una encerrona Willard.
Willard - ¿Qué insinúa con eso?
Killgore - Es peligrosa. Sueltan buenos pepinazos. Hemos perdido algunos helicópteros de reconocimiento. ¿Cómo se llama esa maldita aldea? Esos nombres Vietnamitas, todos suenan igual. (...) Elevaremos la lancha y la depositaremos en el agua como un bebé. ¡Somos la primera del Noveno de Caballaría! ¡Transporte aéreo! Puedo encontrar ese punto y mantenerlo. hasta que encuentren el lugar donde más le convenga Capitán ¡A mi con olas de dos metros! (...) Lance ve con Mike y elige una tabla para ti. A mi traeme mi Leiter Spoom, la 86. 
Mike - ¡Es demasiado arriesgado. Charlie está al acecho!
Kilgore - ¡¡Charlie no hace Surf!!
 Kilgore - Eh, entraremos resguardados por el Sol. Y cuando estemos a un kilómetro pondremos música. Utilizo a Wagner, saca de quicio a los Vietnamitas. A mis hombres les chifla. 










Kilgore - Todos mis heridos han de estar en el hospital antes de 15 minutos. Evacuar enseguida a mis hombres. 


Kilgore - Eh ¿Qué tal?
Lance - ¡Guau! Esto es muy emocionante...
Kilgore - No, no. Eso no. ¡Las olas! Fíjate rompen a un lado y al otro. ¡Mira olas de dos metros!

Comandante - ¡Mal sitio para hacer Surf! ¿Por qué no elige otro?
Kilgore - Que sabrá usted Comandante. Usted es de la maldita Nueva Jersey ¡Cambiaos!
Lance - ¿Ahora mismo?
Kilgore - Si, quiero probar esas olas 
Mike - La cosa está jodida...
Kilgore - ¿Quieres hacer Surf soldado?
Lance - Si señor...
Kilgore - Bien pues me alegro. O haces Surf o combates. ¿Está claro? ¡Andando! Y traer una tabla para Lance.
Kilgore - ¿Te mueres de ganas verdad?
Lance - ¿Qué?
Kilgore - ¿Ves como rompen las olas? Una a la derecha y otra a la izquierda simultaniamante. ¿Qué te parece?
Lance -  Que deberíamos esperar a que suba la marea...
Kilgore - No te vayas, mira ¡Mira! La marea tardará seis horas en subir ¿Quieres esperar seis horas?


 Kilgore - ¿Hueles eso? ¿Lo hueles, muchacho?
Lance -  ¿Qué es?
Kilgore -  Napalm, hijo; nada del mundo huele así. Amo el olor del napalm por la mañana. Una vez durante doce horas bombardeamos una colina y cuando acabó todo, subí. No encontramos ni un cadáver de esos chinos de mierda. Que pestazo el de la gasolina quemada. Aquella colina olía a... a victoria. Algún día acabará esta guerra.


...¿Qué le ocurrió? ¿Qué vio aquí durante su primera misión?...
...38 Putos años. Si entras en los Boinas Verdes. No puedes ascender más que Coronel. Kurtz sabía a que renunciaba. Cuanto más leía y más le comprendía. Más le admiraba. Su familia y sus amigos no le entendieron. Y no pudieron disuadirle. Tuvo que solicitarlo tres veces y aguantar mucha mierda. Cuando les amenazó con dimitir. Entonces le aceptaron. Al más joven de su clase, Kurtz le doblaba la edad. Debieron pensar que era un hombre excepcional al hacer el curso a sus años. Yo lo hice a los 19. Y casi acabó conmigo. Un tío con dos cojones. Lo terminó. Podría haber aspirado a General pero fue a lo suyo...
...Octubre de 1967. En misión especial. Provincia de Kot Tum. Segundo Cuerpo. Kurtz llevó a cabo la operación Arcángel con fuerzas locales combinadas. Obtuvo un gran éxito. No recibió ninguna orden oficial. Sencillamente lo planeó y lo hizo. Que huevos. Le iban a meter un paquete impresionante por aquello. Pero se enteró la prensa y en lugar de eso le ascendieron a Coronel. Joder tío. La mierda se amontona en Vietnam con tanta rapidez, que necesitas alas para no contaminarte.





  Charlie no tenía diversiones. Siempre estaba escondido en sus nidos. O se movía demasiado deprisa. Su idea de una juerga era comer arroz frío y carne de rata. Y contaba sólo con dos opciones para volver a casa. La muerte o la victoria. No es de de extrañar que Kurtz cabreara tanto al mando. La guerra estaba dirigida por un puñado de payasos con cuatro estrellas que acabarían por arruinar el ''circo''...
Carta del Coronel Walter E. Kurtz a su hijo:

Querido hijo.  Me temo que tú y tu madre, estaréis preocupados al no tener noticias mías durante las útlimas semanas. Pero mi situación aquí se ha complicado mucho. He sido oficialmente acusado de asesinato. Por el ejército. Las presuntas víctimas eran cuatro Vietnamitas agentes dobles. Nos pasamos cuatro meses en desenmascararles y acumular pruebas. Cuando por fin las obtuvimos, actuamos. Actuamos como soldados. La acusación es injustificada. Teniendo en cuenta las circunstancias de este conflicto. Es cosa de locos. En una guerra hay muchos momentos para la compasión y la ternura. Y hay muchos momentos para la crueldad. Y para esas acciones que se llaman despiadadas. Pero que en muchos casos es simple clarividencia. Intuir lo que se debe hacer y hacerlo. Directamente. Sin titubeos. Conscientemente. Dando la cara. De esta carta cuéntale a tu madre lo que quieras. En cuanto a los cargos contra mi. No me preocupan. Estoy por encima de su falsa moral. Que como es lógico. No comparto. Confío plenamente en ti. Tu padre que te quiere. 
Las conejitas de Playboy varadas en un campamento militar inundado y perdido.
En esta escena lo primero que apreciamos es la perpetuidad de un clima lluvioso, que contribuye a la desesperación, a la soledad de todos los personajes. El primer rasgo es que, otra vez, Willard no encuentra al CO / Commanding Officer / Oficial al mando, y recibe burlas o negativas de los soldados. Se refuerza la impresión de desorden y caos. Willard consigue que los hombres del bote tengan relaciones sexuales con las conejitas a cambio de bidones de Diesel para hacer volar el helicóptero varado. Una escena más de corrupción, sumada al manejo de los abastecimientos en una escena anterior.


Pero esta secuencia es uno de los tres momentos en que el sexo hace su aparición en la cinta como eje central. Uno ya se conoce: el show de las conejitas. El otro es posterior, en la plantación francesa en Camboya.

Lo relevante es cómo las gentes que están en el frente(“Home Front”/ “en casa”) se expresan. Y no es a través de familiares sino de personas que vienen de Estados Unidos a divertir a las tropas. Pero este “Home Front” tiene a su vez sus vicisitudes.



Los soldados  establecen relaciones casi virtuales con las conejitas, que también reaccionan superficialmente(Chef confunde otra vez a miss Marzo con miss Diciembre y nunca le habla por su nombre. Ella está obsesionada por las aves....). Pero la relación toma su carácter virtual cuando Chef insiste en que la mujer de carne y hueso que tiene al lado reproduzca las posturas que él vio en la revista, colocándole hasta una peluca. La única manera de hablar, de relacionarse, es a través de la reproducción corporal de las poses fotográficas. El objeto del deseo sexual se ha desplazado, por el aislamiento y tensión constante de la guerra, de un cuerpo real a una analogía fotográfica.

Lance y la Conejita del Año establecen un puente más humano, pero rodeado por el miedo y la soledad. Coppola pasa de lo irreal de Chef a las angustias de la Conejita. Es a través de ella que se expresan algunas de las preocupaciones del “Home Front”. Ella empieza por afirmar: “Ser conejita del Año es la experiencia más solitaria que hay”.  Sus confesiones avanzan mientras Lance la va desnudando, relatando lo que tuvo que hacer, lo que le ordenaron, la suciedad, cuando sólo aspira a encontrar una persona que piense como ella. Al final es el desamparo y no el deseo lo que la hace entregarse.
En medio de estas dos situaciones, el joven y ansioso Tyrone no para de dar la tabarra asomándose,  golpeando el crital tanto en el helicóptero como en la cabaña con exclamaciones exigentes y quejumbrosas . Cada quien está en su propio discurso, ninguno puede romper con la soledad. El chaval da lugar a una situación final muy graciosa:
 -¿Tú quién eres?
- El siguiente, señora...

El sexo, en este caso, es sólo otra manifestación álgida del caos y la imposibilidad de establecer contacto con el Otro. En ese sentido, esta es una excelente secuencia, que aporta mucho a la nueva edición. 
...Buscando aquel oficial al mando entre aquella locura lisérgica atravesamos la trinchera hasta llegar a él...pero nadie sabía nada. Desconocían su posición. Sólo los aullidos del enemigo podían oírse entre los estallidos del mortero. - ''- Te mataré Yankee...estás muerto Yankee... ¿me oyes? Te mataré.'' Durante horas el Vietcong no dejaba de repetir dicha frase. Lejos de amedrentarse nuestros soldados se regocijaban bajo los efectos del LSD y todas las drogas que pudieran conseguir...Todo parecía perdido hasta que como si de unos días de descanso en la orilla de una playa artificial de un mundo desconocido se tratara. Emergió la figura de el Cucaracha interpretado por Herb Rice. Un tipo que podría formar parte del ejército de Kurtz sin lugar a dudas y que nos regala este momento. El momento en el que guiado por su instinto primario para matar. Sin sentimientos, sin pasión, sin prejuicios, sin juzgarse a sí mismo y bajo los efectos de las sustancias psicotrópicas dispara guiado por sus sentidos. Acertando a su enemigo a cientos de metros de distancia. Aquel ser humano singular y maravilloso quedará en nuestro recuerdo para el resto de nuestros días...
El puente de Do Lung en la noche
Una de las secuencias más oníricas y enloquecidas, donde la realidad de la guerra muestra su rostro de pesadilla delirante es la que ocurre en el puente de Do Lung.
Las imágenes llenas de juegos de luces y sombras, de claroscuros muy marcados, confiriendo visualmente a esta secuencia un carácter dantesco y nunca mejor dicho por que los soldados que habitan esta orilla son como la almas perdidas que están atrapadas en el vestíbulo del infierno que nunca llegaran a cruzar el río de Aqueronte, atravesando la puerta del Averno, que aquí podría estar simbolizado por el puente, en cuyo dintel reza el epígrafe “Es por mi que se va a la ciudad del llanto, es por mi que se va al dolor eterno y el lugar donde sufre la raza condenada, yo fui creado por el poder divino, la suprema sabiduría y el primer amor, y no hubo nada que existiera antes que yo, abandona la esperanza si entras aquí”, ya que eso es lo que resta río arriba... Es también, en el manejo del sonido, una de las más complejas: de nuevo sonidos ambientales, notas discordantes, farfullos, explosiones y gritos compiten por el primer plano. El espectador recibe de golpe la sensación de confusión brutal y violencia que impera en el lugar. Se pone de manifiesto una vez más la guerra psicológica más lúgubre a estas alturas, con cada bando bombardeando con su propio estilo, los amarillos con su desquiciante:”!yankee, yankee, te mataré!”y por parte de los otros el uso rallante de esa música mezcla noria desencajada ''Hendrixiana'', siendo los americanos los más mellados notablemente en este intercambio.


Willard -  ¿Dónde está el puesto de mando?
Soldado - Llegas a tiempo hijo de puta
Willard -  ¿Hay algún oficial al mando?
Soldado - ¡Sí en Bervelly Hills!

Willard - ¿Qué?
Soldado - Un poco mas arriba hay un bunker de hormigón que ¡Se llama Bervelly Hills!, ¡Dónde coño iba estar si no!...
Soldado - ¡Ahhhhh! yo quiero volverrr a caaaasaaa!
En esta secuencia destacan dos puntos narrativos:
- A cada paso Willard pregunta por el oficial al mando, el Commanding Officer/el Oficial al mando, y nadie le indica nada con coherencia, seguido de Lance que tiene un cuelgue importante fascinado por la pirotecnia gratuita. De hecho, una de las respuestas que recibe es: “¿No eres tú?”. De nuevo se hace presente la falta de un mando lo que remarca el caos y el desorden.



Soldado -¡Ahhhhhhhh! gilipollas me has pisado la cara
Lance - Creí que estabas muerto
Soldado - ¡Pues no lo estoy joder! Os he dicho que me dejéis en paz, ¡Os créis muy duros verdad!
Willard -  ¿A quién dispara, soldado?

Soldado - A quién creés... a esos enanos amarillos, ¡Joderr!, vaya perdone señor, había enemigos al otro lado pero me los he cargado...
Soldado - ¡A todos no imbécil!, escucha...

 Soldado - ¡Te creés muy duro eh!, métete esto por el culo a ver si te gusta JAJJAAJAAAAAA!
 Soldado - ¡No hay más que muertos, tío!. Veé a buscar a Cucaracha
- ¿Para qué lo quieres?
Soldado - ¡¡Tráe a Cucaracha!!


Soldado -Voy a por él. ¡Cucaracha, Cucaracha, Cucaracha!. Hay monos en la alambrada, ¡Ven conmigo!
Willard -  ¡Lance!
Soldado - - ¿Los oyes? ¡Liquídalos!
(¡Eh yankeee! te mataré! ¡Estás muerto Yankee!)

(¡Te mataré Yankee!...¡Jódete Yankee!, ¡Yankee que te den por culo!... Yankee! te mataré!) 
 Soldado - ¿Lo oyes al otro lado?
Cucaracha - Si...

Soldado - ¿Lanzo una Bengala?
Cucaracha - No tío. Está cerca. Muy cerca...
(¡Te mataré yankee!...¡Jódete Yankee!, ¡Yankee que te den por culo!...Yankee! te mataré!)

Además le asignan una frase genial. A la pregunta de Willard de si sabe quien está al mando, Roach esboza una sonrisa y dice “Sí”, para luego darse la media vuelta e irse. Esta escena hay que volverla a ver.

Cucaracha - ¡Hijo de puta!


Jay 'Chef' Hicks - ¡Eh! Oye Limpio...¡Cabrón! ¡No puedes morirte! ¿Me oyes? ¡No puedes morirte cabrón! ¡Eh chico!
...Pasara lo que pasara. No iba a ser lo que su hubiera planeado en Nha Trang...
Willard - Mi misión es remontar río arriba hasta llegar a Camboya. Allí hay un Coronel de las Boinas Verdes, que se ha vuelto loco y tengo que Matarle.
 ...Una parte de mi temía lo que encontraría allí. Y lo que haría allí. Conocía los riesgos. O creía conocerlos. Pero mi sentimiento era más fuerte. Más fuerte que el miedo. Era el deseo de enfrentarme a él. El momento estaba por llegar. Por fin llegamos al poblado. Lejos de atacarnos dejaron que nos adentraramos dentro de sus dominios. La sensación de estar profundizando en la mismísima garganta del diablo se apoderaba de nosotros. Todo lo que nos rodeaba era miseria y destrucción. Esculturas y estravagantes símbolos que rodeaban aquel lugar infernal. Sus gentes eran realmente algo aterrador. Sus miradas perdidas embriagadas de odio, desesperación...barridas.Vacías. Pero que al mismo tiempo reflejaban seguridad. Sin ni siquiera sentir la más mínima preocupación de lo que acontecía a pocos kilómetros de distancia. Me separé de Lance y Jay  con la sensación de poder perderlos en cualquier momento. Incluso que pudieran enloquecer y querer permanecer en aquel infierno. Mi primera entrevista con Kurtz estaba a punto de acontecer...allí dentro olía a muerte lenta...
 Chef - ¡Yo no me meto ahí! ¡Esos cabrones nos atacaron!
Reportero (Denis Hopper) - ¡Acercaos! ¡Soy Americano! Hola Yankees, Americano civil. Ah, tenéis cigarrillos. Mi sueño dorado. 
Willard - ¿Quién eres tú?
Reportero - ¿Y tú? Ja, ja, ja. Soy reportero gráfico. Estoy en la guerra desde el 64. He estado en Laos, Camboya, Vietnam. (...)
Willard - ¿Quién es esa gente? 
Reportero - Ah, ya bueno. Ellos creen que ha venido usted a llevárselo. Espero que no sea así. 
Willard - ¿Llevarnos a quién?
Reportero -  A él. Al Coronel Kurtz. Todos ellos son sus hijos. Todos los que ve. Si hombre si. Todos somos hijos suyos. 
Willard - ¿Podría hablar con el Coronel Kurtz?
Reportero - Eh amigo. Al Coronel no se le habla. Sólo se le escucha. Es un poeta guerrero en el sentido clásico. (...)
Reportero - El otro día quiso matarme.
Willard - ¿Por qué quiso matarle?
Reportero - Por hacerle una foto. Me dijo: Si me haces una foto, te mato. Y hablaba en serio. Así que calma. Mucha calma. Espere relajado. Pero no juzgue al Coronel como si fuera un hombre corriente. 

Willard - Colby...
Willard - Necesito que esperes aquí Chef. Yo iré con Lance a dar una vuelta. Investigar. A ver si encuentro al Coronel. ¿Deacuerdo? Encárgate de la radio. Y si no hemos vuelto a las 10. Solicita un ataque aéreo. La clave es ''Todopoderoso'' Cordenadas 09264712
 Chef - 
   Yo solía pensar que si moría en un lugar malvado, entonces mi alma no iría al cielo. Entonces, maldita sea. No me importa a donde vaya siempre y cuando no sea en este lugar".
...Lo que veía me confirmaba que Kurtz, había perdido el juicio. Todo estaba lleno de cadáveres. Nor Vietnamitas, Vietcong, Camboyanos. Y si yo seguía con vida era por que él así lo quería... 

...Allí dentro olía a muerte lenta. Malaría, pesadillas. Era donde sin duda acababa el río...
Kurtz - ¿De dónde es usted Willard?
Willard - De Ohio señor.
Kurtz - ¿Nació allí?
Willard - Si, señor. 
Kurtz - ¿En qué parte?
Willard - Toledo, señor.ç
Kurtz - ¿A qué distancia del río?
Willard - ¿Del río Ohio señor? A unos 300 kilómetros
Kurtz - Yo bajé una vez por ese río cuando era niño. Hay un lugar en el río, que no recuerdo muy bien. Debe ser una plantación de Gardenias o un vivero de flores en otro tiempo. Ahora es un sitio salvaje. Pero hay varios kilómetros alrededor donde se diría que el cielo ve a la tierra en forma de Gardenias...


...¿Ha considerado alguna vez las libertades auténticas? ¿La libertad ante la opinión de otros? ¿Incluso ante la opinión de uno mismo? ¿Te dijeron por qué, Willard? ¿Por qué querían poner fin a mi mando?
Willard - Me han enviado en misión secreta señor. 
Kurtz - Ahora ya no es ningún secreto ¿No cree?
Kurtz - ¿Qué le dijeron?
Willard - Me dijeron, que está usted completamente loco. Y que sus métodos son absurdos. 
Kurtz - ¿Son absurdos mis métodos?
Willard - Yo no he visto, ningún método. Hasta ahora.
Kurtz - Esperaba a alguien como usted y usted...¿Qué esperaba? ¿Es usted un asesino?
Willard - No. Soy un Soldado. 
Kurtz - No. Ni eso. Es el chico de los recados. Que envían los tenderos a cobrar la factura.














Kurtz - Revista Time. Semanario de noticias. 22 de Septiembre de 1967. Volumen 90 número 12. La guerra en el horizonte. Al pueblo Americano le costará creer que los Estados Unidos estarán ganando la guerra de Vietnam. Sin embargo. Unos de los estudios más completos que se han hecho hasta ahora sobre el conflicto. Ofrece considerables pruebas de que el poder Estadounidense dos años y medio después de la gran escalada, empieza a hacerse notar....

...Según fuentes de la Casa Blanca. El impacto de dicha fuerza, puede conducir al enemigo hasta un punto en el que no pueda seguir luchando. ¿Le suena esto? Debido a que Johnson puede que el pueblo Americano no esté dispuesto a aceptar estas optimistas conclusiones. Puede que no permita que dicho informe se publique es su totalidad. Aún así como le ha impresionado bastante. Está ansioso porque se conozca. Y permitirá que los expertos que han elaborado el informe, hablen de el en términos generales. Sin fecha. Revista Time. Quedará en libertad bajo vigilancia. Lea esto cuando pueda. Pero no lo pierda. No intente escapar. Le mataría. Hablaremos de ello después. 




Kurtz - Somos los hombres huecos. Somos los hombres rellenos. Reclinados juntos en una almohada rellena de paja. Nuestras secas cuando susurramos son tranquilas, sin sentido. Como el viento al mover la hierba seca. Figuras sin forma. Sombras sin color. Fuerza paralizada. Gestos y movimiento...




Diario de Willard: En el río pensaba que en cuanto le viera sabría que hacer. Llevaba varios días con él. Sin vigilancia. En libertad. Él sabía que no me iría a ninguna parte. Sabía lo que iba a hacer. Mejor que yo mismo. Si los Generales en Nha Trang pudieran ver lo que yo veía. Seguirían queriendo que lo matara. Más que nunca probablemente. ¿Y su familia? ¿Querrian que volviera si supieran lo alejado que estaba de ellos. Rompió con los demás. Y después rompió consigo mismo. Jamás había visto un hombre tan roto. Tan destrozado. 
Kurtz - ..He visto horrores... horrores que usted no ha visto. Pero no tiene derecho a llamarme asesino, tiene derecho a matarme. Tiene derecho a hacerlo, pero no tiene ningún derecho a juzgarme. ¿Ha pensado alguna vez en auténticas libertades? ¿Ser libre de la opinión de otros? Incluso de la propia opinión. Entrenamos a jóvenes para disparar sobre la gente, pero sus comandantes no dejan que los muchachos escriban "joder" en sus aviones... ¡porque es una obscenidad...No creo que existan palabras para describir todo lo que significa, a aquellos que no saben qué es, el horror. El horror. El horror tiene rostro. Tienes que hacerte amigo del horror. El horror y el terror moral deben ser amigos, si no lo son se convierten en enemigos terribles, en auténticos enemigos....

 Kurtz - Recuerdo que cuando estaba en las fuerzas especiales... parece que han pasado mil siglos... fuimos a un campamento a vacunar a unos niños. Dejamos el campamento después de vacunarlos a todos contra la polio. Un viejo vino corriendo, lloraba, sin decir nada. Regresamos al campamento. Ellos habían ido y habían cortado todos los brazos vacunados. Vimos allí un enorme montón de bracitos. Y recuerdo que yo... yo lloré también como...como una abuela. Quería arrancarme los dientes, no sé lo que quería hacer. Y me esfuerzo por recordarlo, no quiero olvidarlo nunca, no quiero olvidarlo. Entonces vi tan claro, como si me hubieran disparado, disparado con un diamante, con una bala de diamante en la frente, y pensé: Dios mío, eso es pura genialidad, ¡Es genial! ¡Tener voluntad para hacer eso! Perfecto, genuino, completo, cristalino... ¡puro! Y entonces me di cuenta de que ellos eran más fuertes porque podían soportarlo: no eran monstruos, eran hombres, tropas entrenadas. Esos hombres que luchaban con el corazón, que tenían familia, hijos, que estaban llenos de amor, habían tenido la fuerza, el valor, para hacer eso. Si contara con diez divisiones de hombres así, nuestros problemas se resolverían en poco tiempo. Se necesitan hombres con principios que al mismo tiempo sean capaces de utilizar sus instintos, sus instintos primarios para matar. Sin sentimientos, sin pasión, sin prejuicios, sin juzgarse a sí mismos. Porque juzgar es lo que nos derrota...
Kurtz - Me preocupa que mi hijo. No comprenda nunca lo que yo he intentado ser y si llegan a matarme Willard. Me gustaría contar con alguien que se lo contara todo a mi hijo. Todo lo que he hecho. Todo lo que usted ha visto. Por que no hay nada que deteste más que el hedor de la mentira. Si usted me entiende Willard. Quiero que haga esto por mi...




Podían ascenderme a Comandante por esto. Y la verdad es que ya no me sentía parte de su ejército. Todo el mundo quería que lo hiciera. Él más que nadie. Tenía la impresión que él esperaba que yo le quitara el dolor. Sólo quería morir como un Soldado. Con la cabeza alta. No como un pobre y vil renegado sin honor. Hasta la propia jungla deseaba su muerte. Por que era de ella de donde emanaban sus órdenes...  





Kurtz - Entrenamos a jóvenes para disparar sobre la gente, pero sus comandantes no dejan que los muchachos escriban "joder" en sus aviones... ¡Por que es una obscenidad!









Kurtz - El horror...El horror...






(Por Tilo Zaera y Cobra Verde)